Los signos del tiempo se borran bajo sus dedos.
Devuelve a las células de la piel la energía indispensable para su reparación y su reestructuración durante la noche. Desde el despertar, aparece más lisa y descansada. Noche tras noche, los rasgos del rostro están menos marcados, las arrugas y las líneas de expresión están atenuadas y la piel está reforzada.